La agenda regulatoria para los administradores de activos y fondos de inversión se encuentra en el contexto económico y operativo más desafiante del que se tenga recuerdo: la pandemia COVID-19. El último informe sobre “Evolución de las regulaciones en la administración de activos” de KPMG International –en su décima edición–, considera que los reguladores han regresado a sus agendas previas a la pandemia, pero con nuevas prioridades y perspectivas.

Los reguladores buscan fomentar la recuperación y el crecimiento, pero también exigen que las empresas cuiden más a los clientes. Una sólida gobernanza y buena conducta han sido imperativos regulatorios durante mucho tiempo, pero a medida que avanzamos hacia el futuro, la responsabilidad de las empresas hacia las personas está remodelándose y haciéndose primordial.

Mientras tanto, la constante volatilidad en los mercados de capitales, que ha puesto de relieve los esfuerzos que demanda una gestión eficiente de la liquidez y el riesgo, también ha reavivado el debate sobre si determinadas prácticas comerciales o tipos de fondo contribuyen al “riesgo sistémico”.

Los reguladores y gestores deben adaptarse a la nueva realidad, marcada por una sociedad cada vez más digital y la demanda por un financiamiento más sostenible y una mayor conciencia de la interconexión global. El uso de la tecnología se ha acelerado para permitir el trabajo remoto a gran escala y mejorar la eficiencia de los procesos de las empresas. A los reguladores les interesa que la tecnología se utilice para hacer las cosas más fáciles y económicas para los inversores, mientras gestionan los mayores riesgos derivados de la ciberdelincuencia.

La pandemia también ha puesto de relieve que todos los sectores empresariales están profundamente interconectados a lo largo de las fronteras, que las sociedades de todo tipo y nivel de riqueza son vulnerables y que el planeta y el medio ambiente están bajo una presión cada vez mayor. Los reguladores están respondiendo con nuevas reglas y cambiando las expectativas de los supervisores, tanto en temas ambientales como sociales, incluida la diversidad.

Andrew Weir, Director Global de Gestión de Activos de KPMG, afirma: “Los administradores de activos y los fondos de inversión se han mantenido en gran medida resilientes. Ahora, se le pide a la industria que ayude a la recuperación a medida que salimos del bloqueo. Los reguladores están considerando cuáles son las lecciones de esta crisis que debe aprender la industria, y las empresas tendrán que demostrar que lo han hecho”.

“Dado que los valores de los activos siguen siendo volátiles, las empresas pueden tardar algún tiempo en recuperar sus posiciones financieras. Combinado con las cambiantes demandas de los inversores y la necesidad por la transformación tecnológica, esto podría dar lugar a fusiones, a una reorientación de las empresas y a cambios en las prácticas de subcontratación".

Julie Patterson, Directora de Gestión de Activos y Cambio Regulatorio de KPMG en el Reino Unido, agrega: “En todos los aspectos del negocio, las empresas no deben preguntarse '¿podemos?' sino '¿deberíamos?'. La pandemia ha acentuado la demanda por inversiones que consideren el medioambiente y el trato ético hacia las personas. Las finanzas sostenibles deben aceptarse en todos los aspectos de los modelos comerciales, las operaciones y las comunicaciones de las empresas.”

En América del Sur, en tanto, también se están observando cambios importantes. En Brasil, por ejemplo, el concepto de ESG se está moviendo al centro del escenario de la gestión de activos (especialmente para firmas de capital privado, administradores de patrimonio y oficinas multifamiliares). Asimismo, su reciente Ley de Libertad Económica, que tiene como objetivo reducir la burocracia, busca además ser un gran aporte a la renovación de la economía y acercar la estructura de los fondos de inversión locales a los estándares internacionales. Finalmente, y en el mismo sentido, puede señalarse que Argentina y Chile forman parte de la “Plataforma Internacional sobre Finanzas Sostenibles”, una iniciativa lanzada en octubre de 2019, y a la cual se están sumando gradualmente muchas otras economías del mundo.

El concepto de ESG está cobrando cada vez mayor relevancia, no solo en materia de inversiones responsables sino, entre otros aspectos, en la gestión de activos. En el caso del Brasil, por ejemplo, el regulador planea crear una nueva categoría de fondos bajo el FIDC, específicamente para inversiones ESG. Los FIDC son ampliamente utilizados en los mercados crediticios de este país, pero también por inversores internacionales y fondos de cobertura”, comentó Ricardo Anhesini, socio líder de Servicios Financieros de KPMG en América del Sur.

El informe también analiza las oportunidades y desafíos que tiene el sector a futuro, en la forma de nuevos vehículos de financiamiento, relajación de las reglas sobre activos subyacentes y mayores oportunidades en el mercado de ahorros para retiro.

Para obtener información más detallada referirse al estudio completo disponible en el siguiente link.

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