30/04/2020

 

Por: Alberto Dosal

 

La pandemia de COVID19 ha tenido un efecto disruptivo en la vida de las personas, así como un impacto significativo en los mercados de capitales y en todas las industrias.

Aunque se desconoce el alcance de los efectos a corto y largo plazo que tendrá esta contingencia, es posible evaluar de manera integral los escenarios que pueden llegar a afectar a los equipos de trabajo, clientes y, en general, al negocio.

Existen consideraciones prácticas para la Dirección de Auditoría Interna sobre cómo ejecutar el trabajo, y de qué manera liderar a sus equipos durante este complicado periodo.

 

Consideraciones inmediatas

En el futuro inmediato, es importante seguir gestionando responsablemente las actividades y ejecutar las acciones más adecuadas para la organización y para el equipo de trabajo de cada área. Lo anterior puede resultar más complejo en la medida en que los planes de respuesta al virus se implementen, por lo que el equipo tendrá diferentes retos, perspectivas y dificultades de acuerdo con su situación personal y profesional.

Estos son tiempos de disciplina personal, y la Dirección de Auditoría Interna puede poner el ejemplo, recalcar que será importante mantener una clara y constante comunicación con los equipos, así como recordar las acciones necesarias para cuidar su salud y la de su familia durante esta pandemia.

Algunas compañías tienen procedimientos de emergencia para el capital humano, pero es esencial invertir tiempo para revisar estos protocolos, asegurarse de que son adecuados para la crisis actual, y recordarle al equipo de trabajo la importancia de seguir las recomendaciones de la organización. En caso de que un proceso no esté implementado en la empresa, el grupo directivo de Auditoría Interna puede desarrollar una herramienta adaptada para mantener seguimiento de los miembros del equipo y proveer asistencia si es necesario.

De igual manera, la crisis ocasionada por COVID-19 es una oportunidad para revisar los planes de continuidad del negocio y del área de Auditoría Interna, e invitar al equipo de trabajo a seguir los pasos pertinentes. En caso de que el plan no contemple el escenario de una pandemia, la experiencia, la perspectiva y las herramientas de esta función son invaluables para robustecer dicho esquema.

Es importante que las personas responsables del área de Auditoría Interna se acerquen a la Alta Dirección de la organización para ofrecerles apoyo. Por ejemplo, si la empresa se encuentra en proceso de ajustar su cadena de suministro, dividiendo las operaciones en distintas locaciones o creando redundancias, podrían generarse factores de riesgo que deben ser considerados. Cambios en las organizaciones como respuesta a retos imprevistos, son una oportunidad para refinar y robustecer los procesos de gestión de riesgos que protegen a la empresa.

Por último, a medida que la situación evolucione y las restricciones de viaje cambien, Auditoría Interna deberá considerar cómo completar las auditorías sin acceso físico a las locaciones de la compañía. Eventos como la crisis de COVID-19 nos recuerdan que tanto los planes de auditoría como los métodos de trabajo no son estáticos, sino que requieren ser retados constantemente, y volver a priorizar las auditorías basadas en la relevancia actual, los requerimientos regulatorios y la habilidad para ejecutar los proyectos en un entorno disruptivo.

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