20/04/2020

 

Por: Alberto Vázquez

 

Ciertamente, COVID-19 pondrá a prueba, quizá como nunca antes, la resiliencia del sector inmobiliario, sobre todo en lo que se refiere a hotelería y espacios comerciales, cuyos impactos son ya visibles, así como los espacios destinados a oficinas, que en los meses siguientes se verán afectados en cuanto a demanda y ocupación. En un contexto como el actual, queda de manifiesto que contar con un plan de administración de riesgos es fundamental para asegurar la continuidad de las empresas.

De acuerdo con nuestro estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México 2020, 41% de las empresas del sector inmobiliario no cuentan con un plan integral de administración de riesgos; un porcentaje elevado considerando la situación actual de emergencia sanitaria a escala global.

Para salvaguardar la continuidad del negocio, los líderes están siendo retados a mostrar su habilidad para adaptarse y ser resilientes. Para lograrlo, es recomendable que formen un equipo multidisciplinario integrado por todas las áreas del negocio, desde la operativa, hasta RR.HH., Finanzas y los departamentos encargados de la relación con clientes e inversionistas. Un fuerte y decidido liderazgo permeará en dicho equipo, por lo que es importante que permanezca visible, accesible y con comunicación abierta, mediante reuniones, preferentemente diarias, para dar seguimiento a los asuntos relevantes derivados de la crisis y, sobre todo, que se enfoque en las seis acciones prioritarias para gestionar su impacto:

1. Asegurar la salud de los colaboradores

2. Mantener una comunicación abierta con los grupos de interés

3. Evaluar el impacto económico, previendo diversos escenarios

4. Considerar la situación del cliente

5. Mantener la comunicación con inversionistas

6. Ser conscientes del impacto en la comunidad

 

1. Asegurar la salud de los colaboradores

La prioridad número uno del equipo de crisis es cuidar la salud, tanto física como mental, de los colaboradores, la continuidad del negocio y la confianza de clientes, proveedores e inversionistas.

En cuanto al primer punto, este es el momento idóneo para recurrir a la tecnología e incentivar el trabajo a distancia, siempre que sea posible. Además, hay que comunicar continuamente a los colaboradores las recomendaciones de salud que los especialistas y autoridades emitan, a fin de reforzar su acatamiento. Por otra parte, es importante estar atentos a su estado de ánimo y apoyarse en RR.HH. siempre que sea necesario para remediar situaciones particulares.

 

2. Mantener una comunicación abierta con los grupos de interés

Hay que trabajar de cerca con los líderes de RR.HH. y comunicarse continuamente con los colaboradores, compartiendo las acciones que se están realizando para gestionar esta crisis de la mejor manera posible. Lo anterior es crucial, sobre todo en las regiones donde COVID-19 ha tenido un mayor impacto.

Resulta fundamental mantener una actitud flexible, siendo sensibles a las circunstancias particulares de todos los involucrados. Hay que mantenerse comunicados y al tanto, para saber cómo ayudarlos, lo cual es signo de lealtad y la fortalece.

Más allá de las acciones que tome la empresa, se recomienda reforzar los lazos personales con todos aquellos grupos de interés que han contribuido a alcanzar el éxito en el pasado; sin duda, serán parte fundamental en el logro futuro de los objetivos.

 

3. Evaluar el impacto económico, previendo diversos escenarios

Una acción impostergable consiste en evaluar el impacto económico que la crisis sanitaria tendrá en el negocio, formulando diversos escenarios y, con base en ellos, definir una estrategia que ayude a minimizar los costos y asegure una eventual recuperación.

Resulta crucial cuidar la liquidez, ya que una gestión financiera adecuada es decisiva para la continuidad del negocio.

Es pertinente explorar conjuntamente con los grupos de interés las medidas adecuadas, tomando en cuenta que existe corresponsabilidad en las acciones que se tomen para asegurar la salud financiera de cada negocio.

 

4. Considerar la situación del cliente

Las empresas necesitan mantenerse cerca de sus clientes, ya que de la continuidad de estos dependerá, en gran medida, la propia. Conviene revisar contratos con arrendatarios relevantes y explorar opciones para ayudarse mutuamente. COVID-19 ha afectado a diversos sectores de la economía en México entre los que destaca el sector turístico y comercial. Revisar la salud financiera de los clientes en proyectos inmobiliarios de dichas industrias es fundamental para evaluar las medidas que puedan implementarse.

Tanto arrendadores como arrendatarios deben revisar de manera conjunta el posible riesgo de incumplimiento de los contratos de renta o construcción para tomar las medidas necesarias en beneficio de ambas partes.

 

5. Mantener la comunicación con inversionistas

Si bien la tasa de referencia en México fue recientemente ajustada a la baja 50 puntos base para instalarse en 6%, debido a la incertidumbre económica muchas inversiones podrían quedar pospuestas o incluso ser canceladas.

Es momento de acercarse con los inversionistas para discutir los planes de crecimiento. Aun con la disminución en tasas, se estima que el rendimiento de los activos inmobiliarios no sufrirá una baja significativa, al menos a corto plazo. Es importante monitorear dichas inversiones en el largo plazo para tomar las acciones necesarias, sobre todo en sectores como el hotelero, comercial y los espacios corporativos.

 

6. Ser conscientes del impacto en la comunidad

Finalmente, resulta importante considerar que la crisis sanitaria nos afecta a todos. Por ello, hay que ser sensibles con respecto a las necesidades de la comunidad. La forma en que gestionemos esta pandemia nos definirá como sociedad en los próximos años.
La contingencia causada por COVID-19 pone a prueba, como nunca antes, la capacidad de los líderes del sector inmobiliario para evaluar las repercusiones de la pandemia en sus empresas, al tiempo que buscan asegurar la continuidad del negocio y mantener la confianza de colaboradores, clientes e inversionistas.

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