En muy poco tiempo, las fintech se han convertido en una parte consolidada del entorno de los servicios financieros. El rápido ritmo de la innovación en el sector, unido a la capacidad de las fintech para comprender los deseos y necesidades de los clientes a través del análisis de datos, ha calado entre los consumidores y las empresas, deseosos de productos fáciles de usar que agilicen las transacciones y amplíen las posibilidades de elección.

El futuro de la tecnología financiera pertenece a aquellas organizaciones que pueden dominar los datos de toda la empresa -desde el front office hasta el back office- para impulsar la toma de decisiones. Para ello, las empresas tendrán que convertirse en "empresas conectadas". Se trata de organizaciones que utilizan los datos y la tecnología digital para funcionar con mayor fluidez, desarrollar productos innovadores, conectar con clientes y proveedores y proporcionar a los empleados las herramientas necesarias para alcanzar el éxito. Un enfoque claro en lo que mejor saben hacer puede ayudar a garantizar que la inversión en tecnología no se reparta demasiado, con un uso creciente de las asociaciones estratégicas para acceder a nuevas capacidades, acelerar la expansión y ayudar a reducir costes.

Señales de cambio

Este cambio de paradigma supone una amenaza potencial para el dominio de los bancos y otras empresas de servicios financieros, algunas de las cuales corren el riesgo de convertirse en proveedores de back-office de grandes marcas de consumo/tecnología. Estas condiciones han enmarcado el auge de las fintech modernas.

  1. El cliente: Demanda creciente de opciones más amplias y personalizadas y de una experiencia conectada.
  2. Competencia: Es posible que las fintech tengan que adoptar asociaciones estratégicas al estilo de la "coopetición".
  3. Producto: Las fintech innovan para mantenerse conectadas a las cambiantes demandas de los clientes y a las nuevas tecnologías disruptivas
  4. Tecnología: El auge de los ecosistemas financieros descentralizados
  5. Regulación: El creciente escrutinio normativo exige invertir en recursos de regulación y cumplimiento normativo

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