La edición de 2020 del KPMG Private Enterprise Global Family Business Tax Monitor se construye sobre el título "Trazar un camino para el futuro" y examina las implicaciones fiscales para la transmisión de una empresa familiar de una generación a otra, ya sea por herencia o donación en base a una encuesta realizada en 54 países.

Este informe proporciona una comparación de los regímenes fiscales en las diferentes jurisdicciones de los países participantes y explora los factores clave que afectan a las transmisiones de empresas familiares, una tarea que se ha vuelto más difícil que nunca tras el impacto largo y profundo de la COVID-19. Ante esto, anticipa cambios en la legislación tributaria que afectarán la sucesión de las empresas familiares en varias jurisdicciones.

En el caso de España, el informe analiza como de momento no está previsto unificar el tratamiento de los impuestos sobre sucesiones y donaciones entre las diferentes comunidades autónomas. Asimismo, destaca los nuevos planes del Gobierno para introducir modificaciones legislativas que incrementarán la presión fiscal, como es el caso de  la tributación de las ganancias de capital en el IRPF.

• La carga fiscal sobre la transmisión de  las empresas familiares tiende a crecer en las economías desarrolladas más grandes, con complejos requisitos de exención; también en las economías emergentes se puede dar esta tendencia.
  
• De los 54 países y territorios encuestados, 15 tienen un impuesto sobre sucesiones/patrimonio que se aplica a la transmisión intrafamiliar de una empresa familiar valorada en 10 millones de euros (EUR), 16 tienen un impuesto sobre donaciones que se aplicaría para una transmisión vitalicia.
• Francia, Irlanda, los Países Bajos, España y el Reino Unido tienen las tasas impositivas más altas de los países encuestados en Europa para la transmisión de una empresa familiar valorada en 10 millones de euros tras fallecimiento, antes de las exenciones, pero los impuestos se reducen sustancialmente mediante exenciones.   
• En Asia-Pacífico, Corea del Sur destaca por tener una de las cargas fiscales más altas del mundo por la transmisión de una empresa familiar. Por el contrario, China actualmente no impone ningún impuesto sobre donaciones o sucesiones.