Administrar pensando en el legado

Administrar pensando en el legado significa hacerlo pensando en el mejor interés de las generaciones que sucederán.

Pensar en el mejor interés de las generaciones que sucederán.

No todas las compañías bien gobernadas son longevas. Pero todas las compañías longevas están bien gobernadas. Esto es particularmente cierto en el caso de las compañías familiares, una vez han traspasado el umbral de las primeras generaciones y cuando hacen su aparición los riesgos que les son característicos.

El buen gobierno no es sólo una cuestión acerca de saber qué tienen que hacer los propietarios, sean o no gestores y/o administradores, sino también acerca de cómo deben hacerse las cosas. Esto es, el buen gobierno no es sólo una cuestión de tener en orden los papeles; tiene que ver con las aptitudes pero también con las actitudes; con la letra pero también con el espíritu de las prácticas, normas y recomendaciones en la materia. Administrar pensando en el legado significa hacerlo pensando en el mejor interés de las generaciones de propietarios que sucederán a la actual. Y contribuir a que las decisiones de la compañía estén orientadas al mismo objetivo. En este sentido, no está de más recordar que son las cuestiones actitudinales las que más frecuentemente se encuentran detrás de las prácticas de mal gobierno. En la empresa familiar, éstas cobran un especial protagonismo, por razones sobradamente conocidas.

El servicio consiste en un proceso de formación, discusión y reflexión – diseñado específicamente para cada empresa teniendo en cuenta su realidad y necesidades- orientado a enriquecer las capacidades, competencias y habilidades de los propietarios en materia de gobierno corporativo.