A medida que China se adentra en esta «nueva era» histórica en el marco de su desarrollo económico, político, cultural y social, KPMG se complace en presentar nuestro análisis sobre las implicaciones que esto tiene para el entorno empresarial y el futuro de la inversión directa interna y externa de 2018 en adelante.

Los principales mensajes de este informe son los siguientes:

 

1. La implantación de la «nueva visión de desarrollo» del presidente Xi Jinping, el inicio de un «nuevo ciclo económico» en el gigante asiático y la implantación de un «nuevo paradigma de globalización» impulsado por el Gobierno chino garantizarán y determinarán la trayectoria y las características de la inversión extranjera directa en China e inversión China en el exterior en 2018 y en años sucesivos.

 

2. La recuperación y el crecimiento estable en las inversiones de mayor calidad hacia y desde China respaldarán la transformación y actualización de la economía del país, así como la vitalidad y resistencia del comercio mundial y los flujos de inversión globales.

 

3. Más a largo plazo, la inversión china en el extranjero y la demanda del mercado interno desempeñarán un papel clave en la recuperación económica global y en el desarrollo de un nuevo modelo de globalización, más «inclusivo», además de constituir destacados motores de la prosperidad económica a escala internacional.

 

4. Las reformas que ha anunciado el Gobierno chino para respaldar la inversión extranjera en el país, intensificar la supervisión y la regulación de la conducta del mercado, mejorar la gestión de los flujos de inversión transfronterizos y profundizar en las reformas del sistema financiero fomentarán los flujos en ambas direcciones y la conectividad del capital. No obstante, éstas requerirán determinados cambios de mentalidad y conducta por parte de los inversores a la hora de reflexionar sobre cómo sacar partido de los catalizadores y tendencias subyacentes al inicio del «nuevo ciclo económico» y del «nuevo paradigma de globalización».

 

5. La colaboración entre empresas chinas e internacionales —incluidas entidades de inversión y financiación— se tornará una característica habitual del «nuevo ciclo económico» y en el marco del «nuevo paradigma de globalización». Esto ayudará a las empresas a ubicar sus inversiones y a generar confianza entre los grupos de interés locales e internacionales, a complementar sus respectivas ventajas comparativas para desarrollar conjuntamente mercados en  otros países y a identificar más oportunidades de inversión a lo largo de la Nueva Ruta de la Seda.

 

Esperamos que este informe ayude a las empresas chinas y extranjeras a aprovechar las oportunidades que vayan surgiendo y a adaptarse a un cambiante entorno empresarial a medida que China se adentra en un «nuevo ciclo económico» y que el «nuevo paradigma de globalización» cobra forma. Al incrementar la cantidad y la calidad de las inversiones en China y en los mercados extranjeros, estas empresas contribuirán y darán forma al surgimiento de un nuevo periodo de desarrollo económico en China y a la prosperidad de la inversión y el comercio globales.