Los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), así como sus oportunidades y riesgos asociados, son cada vez más relevantes para las instituciones financieras. Para los bancos, la sostenibilidad no es solo una cuestión ética, sino que también puede convertirse pronto en una cuestión económica, generando un nuevo tipo de riesgo: el riesgo ESG. Los bancos deben integrarlo en sus marcos de gestión de riesgos. Este proceso incluye el ajuste de las estrategias comerciales y de riesgo y las correspondientes revelaciones de apetito por el riesgo, asegurándose de que los roles y las responsabilidades sean totalmente transparentes en las diferentes líneas de defensa.

Si bien el riesgo ESG no es un tipo de riesgo completamente independiente, ejerce influencia en los riesgos financieros y no financieros presentes en un banco en diversos grados. Por lo tanto, los métodos y procesos de gestión de riesgos deben modificarse, teniendo en cuenta las complejas relaciones causa-efecto entre los tipos de riesgo. Esto implica técnicas de medición/evaluación de riesgos en los procesos de gestión del banco, así como en aplicaciones de pruebas de estrés.

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