Una de las tareas importantes de la Auditoría Interna es la de optimizar los recursos manteniendo un nivel apropiado de aseguramiento en los procesos de las organizaciones, por lo cual, debe coordinar sus actividades con otras funciones y proveedores de aseguramiento interno y externo, de manera que se asegure una cobertura adecuada, y se minimice la duplicidad de esfuerzos.

Hay dos medios para que la Auditoría Interna realice esta función de manera eficiente, la primera es iniciar por la definición y desarrollo de las actividades establecidas anualmente a través del ciclo PHVA, el cual permite identificar oportunidades de mejora y garantizar la efectividad de los procesos internos con cada una de las fases. Igualmente, este ciclo ayuda a los auditores a tener claro hasta donde medir la gestión y el control de los procesos, teniendo presente que no son conceptos aislados, aunque sí deben verse de manera integral. Este ciclo tiene 4 componentes, que básicamente consisten en:

  • Planear: con el direccionamiento estratégico y de definición del plan de trabajo anual en las entidades.
  • Hacer: diseño del modelo por procesos, es decir identificación y análisis de riesgos y diseño de controles.
  • Verificar: monitorear y validar la efectividad de los controles.
  • Actuar: seguimiento a la mejora de brechas.

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