Espacio para el optimismo

Este será un año de retrocesos y recuperaciones, y de recuperaciones y retrocesos.

Nos guste o no, las decisiones que se tomen este año en materia de infraestructura sentarán las bases para la evolución del mundo durante el próximo siglo. Si se hace bien, la humanidad tendrá una oportunidad única para alcanzar un futuro más limpio, productivo y equitativo. Pero si nos equivocamos, y permitimos que nuestras diferencias se impongan al interés colectivo, dejaremos a nuestros hijos un futuro realmente sombrío.

Tomar las decisiones correctas en materia de infraestructura requerirá cuatro cosas: perspectiva, agilidad, colaboración y valentía. Mientras la perspectiva nos indica lo que debemos esperar a futuro y la agilidad resulta útil para cambiar cuando la primera (la perspectiva) es errónea; la colaboración y la valentía nos permiten cambiar las cosas y actuar rápidamente.

Como se sugiere la publicación de este año de Tendencias emergentes en infraestructura, las perspectivas (que surgen de la recolección de datos y el análisis y de otras publicaciones como ésta) tendrán que fluir desde una amplia gama de fuentes, aprovechando múltiples insumos, para que los responsables en la toma de decisiones de infraestructura obtengan una visión más holística, teniendo en cuenta tanto las necesidades individuales como las oportunidades. La agilidad será necesaria en todos los niveles del ecosistema de infraestructura –desde los activos individuales hasta el sistema en sí mismo–. La necesitarán todos los actores (reguladores, propietarios, administradores, trabajadores, proveedores, proveedores de tecnología y otros). Pero si tratamos de operar de forma aislada, fracasaremos. Es necesario profundizar en la colaboración e incluir el abordaje intersectorial para comprender y atender las necesidades de la infraestructura. Y se necesitará valentía, porque se agota el tiempo para enfrentar desafíos como el cambio climático; las decisiones en materia de infraestructura deberán tomarse en años, no en décadas.

Las tendencias destacadas en la edición de este año del informe son:

  • T1: Pasar del discurso a la acción.
  • T2: Construyendo a largo plazo en un mundo a corto plazo.
  • T3: Mantener el control y fomentar la agilidad.
  • T4: Hacer realidad lo digital.
  • T5: Suministrar infraestructura, abastecer al mundo.
  • T6: Hacia una nueva definición de “habitable”
  • T7: Pagar por todo.