El liderazgo en un contexto de disrupción e innovación continuas, con cambios a nivel social y en el comportamiento del consumidor, exige nuevas habilidades de los líderes, cuando el conocimiento y la experiencia no son suficientes, y la inteligencia emocional se convierte en una capacidad fundamental para que los líderes y sus equipos puedan trabajar con todo el ecosistema, clientes, consumidores, socios, gobiernos, nuevos actores e incluso competidores. La curiosidad intelectual, la apertura para aprender nuevos conceptos, la intuición, la capacidad de generar el empoderamiento en sus equipos de administración a fin de tomar decisiones y actuar de acuerdo con las nuevas definiciones del plazo de comercialización y las expectativas de los clientes forman parte de esas habilidades, que deben ser desarrolladas y valoradas por el equipo ejecutivo. Este nuevo liderazgo también implica promover y desarrollar nuevos modelos de negocios, donde la cocreación e incluso la coopetencia con múltiples organizaciones y/o competidores son un pilar esencial para la innovación y la adaptación de la empresa a los nuevos estándares de la industria.

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